viernes, 2 de enero de 2015

LA DICHA Y EL GOZO

LA DICHA Y EL GOZO

Ninguna bebida en el mundo puede darnos la dicha. Ningún alimento. Ninguna sustancia. Ninguna cosa ni persona.

Tampoco está en lo que hagamos. O en alguna actividad en especial, podemos sentirnos bien o mal haciendo las mismas o diferentes actividades.

Nada que venga de afuera puede producir el gozo, puesto que no se origina afuera.

Porque no es la cosa, -esto es muy importante-, es la sensación de tenerla.

Ningún método, ninguna de las terapias existentes tiene ese poder.

No hay disciplina para eso, no puede haberla.

No sabemos, nadie sabe, y no hay ninguna senda o método para ser dichosos. Es la conclusión.

A veces anhelamos algo, físico, cuándo algo quiere nuestro cuerpo. Otras veces no identificamos exactamente que nos hace falta, pero estamos seguros de que algo no tenemos: la dicha o el gozo.

Y queremos saber como se obtiene. Pero tampoco sabemos lo mas importante: que no se puede obtener a través de algo.

Realizamos alguna actividad, física o mental, y a veces nos sentimos muy bien, pero otras veces no.

Hagamos lo que hagamos, sin esperar de esa acción la dicha o el gozo.

Quitarnos la falsa esperanza, sin frustrar, y estaremos mas cerca de lo desconocido.

Lo conocido es tan aburrido, tan agobiante, que si nos damos cuenta bien, es lo conocido de lo que queremos escapar, con ansia total.


Y de lo desconocido obviamente no se puede decir nada. Y de ahí surgen la dicha y el gozo. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario