viernes, 15 de mayo de 2015

EL EGO

El ego es el "yo". El "yo" es mi individualiad. Una entidad que se separa de lo demás.

Estamos programados para "ser alguien en la vida", o sea, estamos programados para ser tontos.

Queremos tener éxito, dejar huella, ser importantes, ser famosos, que nos reconozcan, que nos admiren, que nos recuerden, sobresalir, resaltar, que nos amen, que nos adoren, queremos dominar, gobernar.

Todo eso es inconciencia.

El ego que dice: "yo no quiero nada de eso", "yo he trascendido eso, yo soy humilde, yo no tengo ego". Ese es un ego mas retorcido todavia. Es un ego mas inflado, mas enfermo, porque a través de eso se sitúa en un estado de sabio, superior, diferente.

Comprobable cuando dice: "yo no me creo mas que nadie, ni veo a nadie inferior a mi, todos somos iguales". Mentira, el que habla de espiritualidad, esta aparentando un estado de un poco mas de lucidez, a través de eso se da mas valor a sí mismo, con tal de obtener lo que quiere, y cuando no lo ven, o deja de hablar no hay igualdad ni espiritualidad.

El que se cree humilde, está mas acabado que el que desea ser el rey del mundo. Y el que busca el equilibrio entre ambas esta igual de perdido.

Porque estamos hablando de "ser", ser humilde o ser lo que sea. "Ser algo", diferente a lo que soy, un significado estipulado por otros; eso es síntoma de inconciencia total, de perdición. El que no es ni humilde ni egocéntrico, ni punto medio; el que logro deshacerse de esa trampa; se ha liberado de la libertad.

De manera que cuando soy verdadera y totalmente humilde, es cuando mas necesito egoreducción.

El ego solo se puede investigar al revés. Suponiendo su ausencia. ¿Cómo seríamos sin ego?

¿Cómo seríamos sin el concepto del ego? O sea, si nunca nadie hubiera creado esa definición?

Estamos tan errados, que vamos en direccion contraria.

Queremos tener éxito, ¿porqué quisieramos tener éxito si no es porque somos unos perdedores? Solo un fracasado desearía tener éxito, es lógico. Por eso desear tener éxito no sirve de nada, y desear no ser fracasado tampoco. Estamos erradisimos. Lo que hay que desear es ver que es el fracaso y porque nos consideramos así. Eso sirve muchisimo mas que solo desear ser exitosos. Porque eso conduce a lo real. Al desengaño.

Queremos dejar huella, porque sentimos, (y es cierto) que no hemos hecho nada relevante. Y quitarnos de encima esa idea apestosa, eso si es hacer algo muy relevante, dejaríamos huella total.

Queremos ser importantes, porque sabemos que somos nadie en la vida, unos don nadie. Ser famosos, porque el mundo ni nos conoce. (Afortunadamente, porque sentirían decepción.)

Ni siquiera nos reconocemos a nosotros mismos, pero eso si, queremos que todos nos reconozcan. Perdonenme pero estamos muy tontos. Que nos admiren, mientras nosotros vemos menos a otros. Que nos recuerden, porque sabemos que si morimos el mundo seguira como si nada. Que nos necesiten para algo, para lo que sea, porque somos absolutamente no-necesarios.

Sobresalir, resaltar, porque sentimos que somos insignificantes. Siempre lo seremos, solo debemos cambiar los valores: ser insignificantes = bueno, ser algo = malo.

Queremos que nos quieran, que nos amen, que nos adoren, queremos dominar, gobernar; ser escuchados, porque sentimos que nuestra opinion no importa en absoluto (lo cual es cierto).

Nunca daremos con la ego-reducción total, lo que podemos hacer es investigar estos aspectos, y nunca podremos hacerlo sin deshacernos de todo lo que hemos copiado.

Ahora, cuando vemos esto sin que interfieran todas nuestras ideas copiadas, estamos en la entrada de la realidad.

Existir. Entraremos en terreno profundo. Sin esas cosas sentire que no existo. Que no soy. Y yo quiero ser. No deseo "no ser". Ser me alejara de lo que huyo. ¿De que huyo? De mi, de lo que soy. Me aterra lo que soy, aunque no sepa concientemente ni lo que soy. ¿porque?, ¿que es lo que soy?

Soy la nada, el vacío, ¿porque soy la nada? Porque es lógico que no soy el todo, es comprobable. Si fuera el todo pues no habría la estupidez de tener éxito. Por eso es comprensible que huya de lo que soy. Quiero existir, quiero ser el todo y no ser la nada. Hay que cuestionarlo.

Lo que existe lo uso para identificarme. Si no me identifico, si no me relaciono con algo, entonces siento que soy nada y no existo.

La ausencia del "yo" nos llevara a lo real, pero nunca desearemos eso, nunca decidiremos tomar ese camino. Por alguna razón nos asusta. Si el "yo" muere, la lógica dice que no habrá una entidad consciente de sí misma. Y automáticamente se ejecutan programaciones mas dudosas como: "el-alma-y-el-espiritu.exe" que son usadas como distracciones para que sigamos igual de ignorantes. Necesitamos estar muy atentos y desprovistos de todo concepto para poder ver.

Si el "yo" que es el ego, no existiera, no habría un ente que pudiera afirmar o negar cualquier cosa. No habria algo que pueda decir: "existo", "soy".

La muerte total y permanente del "yo" es imposible mientras estemos vivos.

Se dice que algunos monjes de tradiciones milenarias se dedican a eso. A la disolución del "yo". A la aniquilación del ego. Al estado de no-mente. No pensar. Es un atributo de la sabiduria.

La muerte del "yo" trae consigo el ser nada en la vida, el no-exito, el no llegar a ser y el no-ser. Eso no esta en nuestros deseos. No buscamos la muerte del "yo". Al revés, huimos de ella. De eso depende nuestra existencia como tal.

¿Entonces hay que ser? No. El detallito está en que queremos ser, porque no somos. Nos asusta ese vacío, entonces buscamos que hacer, encendemos un cigarro, tomamos cafe, buscamos que hacer. Queremos ser algo. Y si queremos ser algo, es porque somos nada. De esas formas nos conduciremos a estar sufriendo.

Estamos insatisfechos, porque la insatisfacción garantiza nuestra permanencia. Sin la existencia del "yo", no habría algo que se sienta vacío o carente. Mientras el "yo" exista, habrá vacío. Y si no existe habrá vacío sin noción de si mismo. El "yo" es una limitación del todo. Nunca podrá haber un "yo" humano que se sienta completo. Porque el "yo" es una división. 

¿Entonces que hay que hacer? Y asi continuamos ingorantemente nuestra desdicha, seguiremos buscando que hacer infinitamente, sin preguntarnos porque buscamos hacer algo... y volvemos a lo mismo, buscamos hacer algo para no ser lo que somos, ni sentirnos como nos sentimos.

Queremos saber como no ser lo que somos. Estamos bien mal, ¿porque no buscamos saber como ser lo que somos realmente?

Si queremos algo concreto, aunque no es la solución, pongamos el estado de no-mente, al menos es mejor que el estado de si-mente que tenemos.

Liberemonos de la libertad.

viernes, 2 de enero de 2015

NO TENGO TIEMPO

NO TENGO TIEMPO

A veces sentimos también que hemos perdido el tiempo.

No tenemos tiempo para hacer lo que queremos, estamos tan ocupados!

Hasta risa da, pero es verdad. Según nosotros, tenemos obligaciones. Trabajar para ganar dinero porque si no, ¿que vamos a comer? Observemos como repetimos una tragedia copiada. Por lo que sea! Veamos como estamos hablando de tiempo, no de dinero, ni de comer. Esta manera de repetir tonterías sin cuestionarlas nos mantendrá muertos en vida.

Necesitamos algo, queremos algo. Buscamos la solución. Veamos cómo ahorita tenemos comida y un poco de dinero, el problema según nuestra programación clonada, es como vamos a obtener mas después que se acaben.

Tenemos un serio problema con el tiempo y ni lo sabemos.

Ni siquiera sabemos bien que es el tiempo. Conocemos como se mide y que no tenemos tiempo para muchas cosas que quisiéramos hacer. El tiempo nos trae vueltos locos, vamos tarde, no alcanzamos. Pero lo único que tenemos es una división, -esto es importante-, no somos conscientes de lo que estamos midiendo.

Todo lo que existe es tiempo.

Queremos existir bien, y eso nos preocupa. ¿Qué vamos a hacer?

Hacemos muchas cosas para después poder disfrutar. O sea que no podemos disfrutar sin hacer cosas que es lo mismo.  Así pensamos, así creemos, y no vemos nuestro engaño. Y al final, nunca disfrutamos después.

Veamos el tiempo sin la definición que tengamos de el. Ahí está otro engaño. Ni siquiera tenemos una definición, tendríamos que buscarla.

Engaño tras engaño. De eso estamos abundantes. Por eso sentimos que la vida no es vida, y nos creemos aplastados. Por supuesto que si. Aplastados por falta total de conocimiento, de verdadero conocimiento que nadie tiene, que no existe.

La única forma de darnos cuenta de la existencia del tiempo es por las cosas que ocurren. Por el movimiento. El reloj es movimiento también. Sonidos, el ladrar de un perro, un ronquido de alguien, los grillos en la noche, sonidos de autos a lo lejos, hasta el timbre intermitente del silencio.

Sin esas cosas que ocurren; nuestra respiración, nuestros latidos, ¿si no percibiéramos nada de eso que sería del tiempo? ¿Si no sucediera nada tendríamos noción del tiempo?

¿De que nos serviría el dinero si no tuviéramos tiempo?

El tiempo es una forma de espacio. Para nosotros el tiempo es lo que hay entre un acontecimiento y otro. Entre un segundo y otro. Lo medimos parecido a las distancias. Medimos algo que no podemos explicar bien.

Otra manera de intentar verlo es suponer su ausencia. Sin tiempo no podríamos tener problemas. Tampoco nos preocuparíamos por el futuro.


Sin tiempo no habría existencia. Concentrémonos mas en el tiempo que en nuestros problemas. Un nuevo modo de vivir: sin modo, el mejor de todos.   

LA DICHA Y EL GOZO

LA DICHA Y EL GOZO

Ninguna bebida en el mundo puede darnos la dicha. Ningún alimento. Ninguna sustancia. Ninguna cosa ni persona.

Tampoco está en lo que hagamos. O en alguna actividad en especial, podemos sentirnos bien o mal haciendo las mismas o diferentes actividades.

Nada que venga de afuera puede producir el gozo, puesto que no se origina afuera.

Porque no es la cosa, -esto es muy importante-, es la sensación de tenerla.

Ningún método, ninguna de las terapias existentes tiene ese poder.

No hay disciplina para eso, no puede haberla.

No sabemos, nadie sabe, y no hay ninguna senda o método para ser dichosos. Es la conclusión.

A veces anhelamos algo, físico, cuándo algo quiere nuestro cuerpo. Otras veces no identificamos exactamente que nos hace falta, pero estamos seguros de que algo no tenemos: la dicha o el gozo.

Y queremos saber como se obtiene. Pero tampoco sabemos lo mas importante: que no se puede obtener a través de algo.

Realizamos alguna actividad, física o mental, y a veces nos sentimos muy bien, pero otras veces no.

Hagamos lo que hagamos, sin esperar de esa acción la dicha o el gozo.

Quitarnos la falsa esperanza, sin frustrar, y estaremos mas cerca de lo desconocido.

Lo conocido es tan aburrido, tan agobiante, que si nos damos cuenta bien, es lo conocido de lo que queremos escapar, con ansia total.


Y de lo desconocido obviamente no se puede decir nada. Y de ahí surgen la dicha y el gozo.